La Latina AUDIO-RELATO

—¡Me estoy pintado con colores inmortales! —exclama el tipo de negra indumentaria que ha decidido ejecutar su autorretrato sobre el andén de La Latina.

Los pasajeros lo observan, presos del desconcierto.

«¿Es un performer o un muerto de hambre?».

«¿Acaso importa la diferencia? Pinto mi rostro para ser recordado. Me niego a usar cámaras o teléfonos móviles para hacerme un selfie, en el que lo importante se convierte en anecdótico y prevalece lo trivial y absurdo. Tu puta cara posando en este escaparate de vanidad que es la existencia

El metro viaja por las entrañas de esta gran ciudad. Con cada pincelada, yo intento viajar al interior de mí mismo. Jugáis a ser profundos, pero debo informaros de que no es que tengáis un cuerpo, es que solo sois cuerpo. Yo existo porque poseo un cuerpo. Al retratarme, mi cuerpo se va borrando. Con cada pincelada rebobino para delante los fotogramas de mi vida. Mi autorretrato será más viejo de lo que yo nunca llegaré a ser».

El pasado y el presente se encuentran en las dos caras de este lienzo arrojado a las vías. En este autorretrato, se hizo el silencio.