Sol AUDIO-RELATO

Bajamos las escaleras del metro y nadie quiere vernos. Somos de esa clase de personas que no tienen más remedio que juntarse y formar pandilla porque están fuera de los sitios. 

Luchamos desde nuestras mazmorras frente a la depresión, la ansiedad, los ataques de ira o el insomnio. Es una batalla secreta y solitaria porque no aparecemos en vuestras putas pantallas. Los problemas que nos acechan deben vencer entre toda la jauría de estímulos sensoriales que están pugnando por captar vuestra atención.

Somos como un parque infantil al caer la noche. «Próxima estación, Sol». Atrás quedaron los colores, los juegos, el júbilo de los niños…

Nos atravesáis a toda prisa, presos del miedo. «¡Mira hacia otro lado!, ¡no te pares!, ¡no preguntes!»

Esa mujer del abrigo rosa con papada en el mentón nos mira fijamente. Nos saluda con gesto serio y siente tranquilidad al pertenecer al bando de las que luchan por cuidar su salud mental. «Hay luz al final del túnel», nos susurra.

Existe mayor aceptación de las miserias individuales con los testimonios de personajes célebres, pintados de colores brillantes. ¡Ahí va uno!

Después, la imagen se fue fundiendo serenamente como en los finales felices de las películas.