Torre Arias AUDIO-RELATO

«El tren ha salido de la estación», susurra la chica del jersey rojo. Es su forma de bautizar el subidón que le produce la composición mental de nuevas recetas.

Elaborar un plato delicioso supone para ella lo mismo que una oración para un creyente. Es la sustanciera[1] que pretende dar enjundia al caldo del desconsuelo que se cocina en las entrañas de esta gran ciudad.

Guardando sus espaldas estamos SAL y PIMIENTA, protagonistas fundamentales de cualquier vianda.

La estación luce un letrero que avisa de las OBRAS, un acrónimo perfecto para un nuevo plato: Ornamento Barroco (de) Risoto (con) Aguacate (y) Setas.

«En una sartén o cazuela ponemos la cebolla picada y el ajo y dejamos que se rehogue con un poco de mantequilla…».

Salpimentamos tu obra para contagiar con sabores exquisitos las papilas gustativas de todas las pasajeras que te acompañan. Salivan, cambian sus ánimos, se cura la tristeza…

Esta muchacha es capaz de escuchar a la gente desde la boca del estómago. El único lugar donde se puede ser todo el mundo a la vez.

 


[1]La sustanciera o saborera era una antigua forma de subsistencia en España, mediante el alquiler de un hueso de jamón por tiempo determinado para hacer caldo