Peñagrande AUDIO-RELATO

«Era un día cualquiera, una jornada normal repleta de ajetreo en la ciudad. Escuchamos en la lejanía el sonido de unas sirenas antiaéreas». Entre las palabras de este párrafo cabe toda nuestra historia.

Caían gruesos copos de nieve cuando huimos apresurados de nuestro bloque de viviendas para refugiarnos de los bombardeos en el metro. Bajo el túnel subterráneo nos convertimos en un monumento al invierno.

El miedo se contagia como una nueva pandemia… De nuestras bocas resecas brotaba el aliento brumoso de la dignidad. 

Que la vida es así, se pulsa un botón y la vida se apaga.

En esta sociedad tecnológica quizá somos ruedas prescindibles para que siga girando su engranaje.

Yo era como vosotros. Utilizaba el metro para ir cada mañana a la universidad. En este momento este andén de metro es mi refugio. Ya no soy capaz de recordar quién era antes y ya no quiero encontrar mi lugar en el mundo.

Ahora me defiendo de la guerra viviendo un poco menos de lo que acostumbraba para que la vida no se me acabe porque me echaría mucho de menos.

Sois gente que vive en paz fingiendo rutinas aceleradas. Consultáis noticias sin contrastar en vuestros dispositivos. No queréis ser informados, necesitáis sentiros informados. Yo era igual que vosotros.